
19 Ene Visitamos Ginebra en dos días ¿Te vienes?
Año nuevo, viaje nuevo. Esta vez nos vamos a Ginebra. Ciudad suiza abrazada en su mayoría por el país galo.
Ginebra es una ciudad muy fácil de explorar. Déjate perder por sus calles y múltiples barrios, cada uno de una arquitectura y color diferente.
Dos días por delante y muchos rincones y opciones culturales que visitar. Obviamente no podemos abarcar todo, pero lo que sí podemos es descubrir un poco de las diferentes facetas que ofrece una ciudad como Ginebra.
Índice
¿Cómo funciona el transporte en Ginebra?
Para nuestra sorpresa y la de otros viajeros que venían en el avión, el transporte público es gratuito para los turistas.
En la zona de recogida de equipajes del mismo aeropuerto, hay una máquina expendedora de billetes de tren gratuitos, para trasladarte hasta el centro de Ginebra. Y en tan sólo en 7 minutos, llegas a la Estación de tren de Ginebra, Cornavin.
Al llegar al hotel nos hicieron entrega de una tarjeta de transporte público para movernos por la ciudad libremente. Autobús, tren, barco… No es que sea concreto de nuestro hotel, es algo estandarizado en Ginebra. Cosa que nos sorprendió y agradecimos.
Algo que salta a la vista, es el entramado de cables que recorren la ciudad. Todavía existen autobuses normales, pero en su mayoría van todos conectados, lo que permite que en la ciudad se respire aire puro.
Recorriendo la ciudad
Alojados en la zona de Saint-Gervais y con el Ródano como vecino, iniciamos nuestro recorrido por la Place de Bel-Air en busca de Les Mouettes Genevoises. Les Mouettes son una especie de barco taxi que cruzan de una orilla a otra del Lago Leman.
Primera visita el icono de Ginebra, el Jet d’Eau. Un gran chorro de agua de vista panorámica desde casi cualquier punto de la ciudad y situado en el mismo lago. Aunque a nosotros nos despertó especial atención su agua cristalina y los cisnes que lo habitan junto a los barcos amarrados en la orilla.
Un paseo por la Rue de Rhône, zona comercial de lujo y de las míticas relojerías suizas. Pero como no teníamos pensado gastarnos un dineral en un reloj, pues continuamos hacia la zona de la Catedral de Saint-Pierre.
El acceso a la catedral es gratuito. El pago es sólo si quieres acceder a sus torres, desde las cuales se obtiene una panorámica de la ciudad. El río Ródano, el inmenso Lago Leman y la nevada Montaña Salève. Una combinación perfecta de naturaleza y colores para la ciudad de Ginebra.
Otros aires dentro de Ginebra
Buscando otras zonas de diferentes características arquitectónicas, nos acercamos hasta Courage. Una pequeña ciudad de aire mediterráneo, italiano, que bien podría ser un barrio de Ginebra, dada su cercanía al centro de la misma. Para llegar hasta Courage, tomamos el tren número 12 dirección Palettes.
El ambiente que se respira es familiar. Mucha gente se desplaza hasta aquí para patinar en su pista de hielo y nosotros ya que estábamos aquí, también aprovechamos un rato para divertirnos con el peque.
Otro curioso barrio, cercano a la estación es Les Grottes. Colorido, alegre y de formas difíciles, este barrio tiene un aire el estilo arquitectónico de Gaudí.
¿Quién es esa montaña que nos mira?
Como había dicho antes, Ginebra es una mezcla de arquitectura y naturaleza y todavía nos falta conocer la montaña que preside un lateral de la ciudad.
Con el autobús número 8 y a tan sólo 20 minutos de distancia, llegas hasta la parada de Veyrier-Duoane. Desde ese punto, cruzas la frontera y tienes el acceso al teleférico para subir al monte Salève.
Un agradable paseo entre merenderos y árboles nevados con los que jugar con la nieve, hacer muñecos de nieve y ver actividades de montaña. A un lado del horizonte, Ginebra y al otro como telón de fondo el mismísimo Mont Blanc.
Ginebra es una ciudad de lujo, de compras, capital de importantes sedes europeas que la galardonan de notoriedad a nivel mundial. Es una ciudad con vida y que a la vez, se va pronto a dormir bajo las delicadas luces que iluminan sus orillas.
Sin comentarios