
27 Abr Islandia, sensaciones y consejos.
Siempre hay países que por hache o por be te despiertan alguna curiosidad y eso es lo que me llevaba años sucediendo con Islandia. Miraba el mapamundi y lo veía ahí arriba, solo. Indiferente a los medios televisivos, a no ser que un volcán arrojase ceniza y paralizase media Europa o un equipo de fútbol surja pateando fuerte a equipos laureados.
No formaba parte de mis deseos más inmediatos, pero era una asignatura pendiente y las señales de los últimos meses así me lo indicaban. Islandia, ese país isla situado más al noroeste del continente europeo era nuestra siguiente chincheta del mapa.
Hay quien recomienda viajar a Islandia en verano, porque todas las carreteras están abiertas y luce el sol de medianoche. Hay quien prefiere el invierno para buscar auroras boreales cuándo escasean las horas de luz en el día.
Nosotros por contra, decidimos viajar en primavera. ¿Por qué? Porque las cascadas ya se han descongelado, se pueden ver grandes saltos de agua, incluso con el encanto de los copitos en forma de estrella decorando el paisaje. Además no está tan masificado como la temporada estival.
El alojamiento en Islandia no es que sea abundante y en según qué zonas más bien escasísimo. Además se está convirtiendo en un destino de moda y se empieza a notar.
Con 8 días por delante, decidimos seccionar la isla y no dar la vuelta entera. La Península del Oeste, que Julio Verne nos relató en Viaje al Centro de la Tierra, la zona Suroeste y Sureste nos parecieron suficientes para tener un primer contacto con este envolvente país.
Islandia es una mezcla de todos los fenómenos de la naturaleza.
Su climatología, cambiante a lo largo de un mismo día. Frío, lluvia, sol, nieve, aire, mucho, muchísimo aire que sufrimos un día y que nos hacía difícil mantener los pies en el suelo por la virulencia con la que soplaba. A pesar de eso, el buen tiempo nos acompañó la mayor parte del viaje. Y si no sólo había que esperar. En Islandia hay un dicho que dice: “Si no te gusta el tiempo, espera 5 minutos”.
Cascadas, montañas, glaciares, icebergs, volcanes, desiertos de lava, acantilados de vértigo, preciosas playas de arena negra. Islandia es una suma de todo y mucho más, entre ello, los islandeses.
Viven al abrigo de todos esos volcanes que en cualquier momento pueden despertar y aun así, en plena tranquilidad y un carácter de lo más afable.
Una figura que nos ha enamorado de este país, son sus caballos. A caballo entre poni y caballo y largas melenas al viento, viven por toda la isla. Además son muy cariñosos, ya que se acercan a ti en busca de caricias y si les das un poco de pan para comer, mejor que mejor.
Si vas a Islandia no te preocupes por qué moneda llevar. En todos los sitios y remarco el “todos”, hasta la cantidad más insignificante la puedes pagar con tarjeta. De hecho, creo que es el primer país en el que no hemos sacado ni una sola moneda local.
Algo que os repetirán constantemente los islandeses, es que NO compréis agua embotellada. Gozan del privilegio de poseer un agua de lo más pura directamente del grifo. No malgastéis dinero.
Varios consejos si decides visitar Islandia por tu cuenta.
No olvides de aprovisionarte de alimento para el camino. Hay distancias entre las que raramente encuentras una población o restaurante para comer. Con suerte, una gasolinera. En la mayoría de ellas sirven comida y el supermercado estrella en Islandia, Bónus. Es el más barato y es fácilmente reconocible porque su logo es un rollizo cerdito rosa.
Cuando traces tu recorrido, mira el tipo de carretera por el que te vas a embaucar, porque en función de eso necesitarás un tipo de coche u otro. Desde la carretera principal se puede acceder a la gran parte de los sitios y si alquilas un 4×4 también podrás acceder a las carreteras de grava y secundarias.
El wifi funciona bien en los establecimientos y gasolineras, así es que consulta la web de carreteras antes de adentrarte en ruta, para saber si está transitable o la han cortado.
En tema de seguros, no escatimes. Islandia es un país en el que las tormentas de arena y grava son frecuentes, por lo que el coche puede resultar dañado. Las carreteras son buenas, pero las secundarias son otra cosa. No te arriesgues.
Nosotros alquilamos el coche en esta web y nos resultó muy bien de precio.
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