
02 Dic Gyeongju: Un viaje por la dinastía Silla en Corea del Sur
Un viaje por la espectacular ciudad de Gyeongju en Corea del Sur es viajar a la que fue la capital de la antigua dinastía Silla. En ella residen una suma de reliquias arquitectónicas, tumbas reales, un entorno natural catalogado como Parque Nacional Histórico en 1968 y Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000. Sobradas razones para desplazarte hasta la provincia de Gyeongsangbuk-do, área Sudeste de Corea del Sur.
Empezamos nuestro viaje en el tiempo. ¡Vámonos!
Índice
¿Y cómo llego hasta Gyeongju?
La mejor opción para recorrer Corea del Sur es el tren. También, por supuesto, puedes realizarlo en autobús o avión, sobre todo las grandes distancias, pero con el Korail te puedes mover por todo el país sin problemas, ni esperas. Nosotros nos decantamos por esta última opción. El Korail es un billete para turistas y lo tienes que comprar por internet antes de iniciar el viaje. Ofrece varias opciones de uso en cuanto a días de viajes y uso del billete, igual que el JRP en Japón. Bien por internet, bien en la estación de trenes de cualquier ciudad en la que te encuentres, puedes realizar la reserva para el trayecto que desees efectuar.
Si Gyeongju es tu primera parada en ruta desde la ciudad de Seúl, tienes un tren directo desde la Seoul Station hasta la estación de Singyeongju. Con el KTX apenas son 3 horas de viaje.
Si por el contrario decides visitar la bella ciudad de Gyeongju desde Busan, la segunda ciudad más importante de Corea del Sur, puedes hacer uso igualmente del KTX o coger el autobús por la proximidad entre las dos ciudades.
¿Cuál es la mejor zona para alojarme?
No importa demasiado, hay quien decide quedarse cerca a la estación de tren, pero el trayecto son 20 minutos en autobús hasta el centro de la ciudad.
Otra alternativa son las calles adyacentes al área histórica o cerca de la Gyeongju Express Bus Terminal. Desde aquí tienes el autobús para llegar a otras áreas fuera de la ciudad, más alojamientos, restaurantes y la zona histórica a un paso.
Por favor, ¿me presentas ya la ciudad de Gyeongju?
¡Por supuesto! Entramos a los túmulos de Daereungwon, antiguas tumbas reales, los más grandes y espectaculares de la ciudad de Gyeongju. El trayecto es un agradable paseo donde el verde es el color predominante y los famosos túmulos, unos senos redondeados que perfilan todo el horizonte.
Salimos del parque y ¡Ohhh Dios mío! Atracciones para turistas, aunque los europeos brillan por su ausencia. Tiendas de alquiler de tuk-tuk, bicicletas para adultos y niños, patines eléctricos… toda una gama de aparatos a motor para recorrer el área histórica.
¡Genial! Nos quedamos con el tuk-tuk. Soy una apasionada de estos vehículos del continente asiático y el peque más que feliz. Una diversión y sin tener que andar ¡allá vamos!
La verdad es que es una forma fácil y cómoda de conocer los puntos de interés de Gyeongju.
Arrancamos nuestro tuk-tuk y callejeamos por los alrededores antes de llegar hasta Gyochon Hanok Village, una aldea completamente tradicional. Giramos para entrar en la villa cuando de pronto, ¡guau! Nos vemos frente a frente con el puente Woljeonggyo, sin palabras. Ajeno al tráfico que visita la ciudad e impertérrito al paso de los años. Simplemente, espectacular, elegante y majestuoso.
La villa de Gyochon es como realizar un viaje en el tiempo. A derecha o izquierda, las calles, las casas, el ambiente… todo desprende un aire tradicional, histórico. ¡Estamos viajando por la época de la milenaria dinastía Silla en Gyeongju, Corea del Sur y es realmente impresionante!
Continuamos a bordo de nuestro tuk-tuk y de pronto, ¡otra explosión de naturaleza! Un enorme jardín de flores de loto, frente a miles y miles de más flores en forma de manta amarilla, naranja y una expansión arcoíris de flores silvestres. ¡Viajar por Gyeongju nos mantiene en constante excitación!
Siguiente parada, el Observatorio Cheomseongdae, un pequeñito torreón cilíndrico, de aspecto desvencijado. Sin mucho encanto por sí solo, pero acompañado por el paisaje que lo circunda lo hace absolutamente especial.
La última visita a la ciudad histórica es el Palacio Donggung, inexistente a día de hoy, y el estanque Wolji.
Había una gran cola a la entrada y no entendíamos por qué hasta que conseguimos acceder al recinto. El encanto de este lugar radica al caer la luz del sol cuando se encienden las luces y refleja la silueta de los 3 pabellones vivos, sus colores y árboles sobre las aguas del estanque, otorgándole un aire romántico, dulce, de ensueño…
No te vayas, todavía queda más…
Por si toda el área central de Gyeongju no era suficiente, os había dicho que en Gyeongju también había un Parque Nacional Histórico.
Entre las montañas próximas a la ciudad se encuentra el Templo Bulguksa. Para llegar hasta él puedes tomar el autobús número 10, 11 o el 700 y el trayecto son 30 minutos.
Cuando bajas del bus, justo enfrente está la oficina de turismo y el aparcamiento desde donde está el acceso al templo.
Tras un sendero de puestos de souvenirs y un bello y denso bosque con diferentes ramificaciones de acceso llegamos hasta la puerta del templo.
Nada más entrar ya nos quedamos rezagados en un precioso estanque con un puente y mucho encanto. Hoy es festivo nacional en Corea del Sur y muchos foráneos viajan hasta Gyeongju por su encanto y misticismo. “¿De dónde sois?”. “De España”. “Ohhhhh foto, foto” Un montón de coreanos nos han llevado de recuerdo en su día nacional por el Templo Bulguksa.
El recinto que compone el templo está compuesto por diferentes pabellones y farolillos de colores que decoran los pasillos porticados que circundan cada templo.
El recinto tiene mucho encanto, la conservación, las tonalidades, el enclave natural… es un templo realmente precioso. Hasta el agua que ha decidido refrescarnos esta mañana muestra su atractivo en este enclave.
Traspasamos cada una de sus puertas y nos llevan de un pabellón a otro con más esplendor todavía. Más grande o más pequeños, todos nos encandilan y de pronto… llegamos hasta el pabellón central donde descansa el gran Buda. Y es que el Templo Bulguksa es de una gran importancia en la fe budista.
Cuando terminas de recorrer el templo, ¿un complemento? La gruta Seokguram
El autobús para acceder a la gruta Seokguram, es el número 12 y está una parada anterior a la del 10-11, frente a la oficina de turismo. Su recorrido es únicamente Bulguksa Temple-Seokguram- Bulguksa Temple y su frecuencia cada hora.
El camino escarpado hasta la cima de las montañas no es apto si sufres vértigo. A medida que ascendemos nos adentramos en las nubes y la niebla y el paisaje se tornan místicos y misteriosos, desdibujando la carretera. Encanto, sí, ¿sobrecogedor?… ¡también!
Una gran campana nos recibe a las puertas del templo. Un toque y un deseo que lanzar al sonido de la campana, por lo que el pequeño muestra su inquietante interés por hacerla sonar.
El recorrido hasta llegar a la gruta nos lleva 15 minutos de paseo. Otro bonito sendero entre las montañas, único y sin pérdida. Sazonado en nuestro caso de un verde oliva, mezclado del tono ceniza de la niebla. Por un momento me ha transportado mentalmente al Valle de Katmandú cuando se acercaba el monzón a las montañas y el día se tornó gris.
La entrada al templo está cubierta con un techo de arquitectura coreana y la estatua de piedra de Buda y sus deidades protegidos por un cristal, que evitan el deterioro de uno de los santuarios de Buda más impresionantes del mundo.
El camino de regreso a la ciudad nos ha llevado por unas extensas llanuras de arrozales. Apenas pequeños balconcitos de una a otra, con caminos segados entre campos. Una parte muy rural que no esperábamos encontrar.
Gyeongju real, Gyeongju rural, Gyeongju natural, Gyeongju UNESCO. Una de las maravillas coreanas y ¿cómo no? Un imprescindible en un viaje por Corea del Sur. ¿No crees?
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