
07 Jul Bioparc un trocito de África en Valencia
Bioparc de Valencia está situado justo al lado del Parque de Cabecera del antiguo cauce del río Turia. Escondido tras una larga pasarela que atraviesa este mismo parque.
Pasar un día en el Bioparc de Valencia es como trasladarse a África. Una de mis asignaturas pendientes es hacer un safari por algún rincón africano, así es que cuando siento esa nostalgia, nos desplazamos a Bioparc y es como tener un trocito de ese maravilloso continente aquí en la ciudad.Lo mejor de Bioparc, es que realmente no parece un zoológico. El entorno en el que habitan los animales, es un espacio abierto, no están encerrados en jaulas, la naturaleza y la imitación a su entorno creados ex proceso para que se sientan más libres, hacen de barrera de protección natural.
La primera sensación es de ¿podrán salir? Te surgen dudas ante el temor de que una hiena, el león que siempre pace tranquilo al sol o una estampida de elefantes pueda abalanzarse sobre ti, pero todo está estudiado para que esto no suceda.
El recorrido por Bioparc te acerca a Madagascar, con sus gráciles y simpáticos lémures, sus elegantes flamencos, pasando por el Bosque Ecuatorial, donde pequeños chimpancés juguetean entre ellos o un enorme gorila te vigila desafiando tu mirada desde el otro lado del cristal.
La zona de humedales, compuesta por unas grandes piscinas donde montones de peces, conviven con alguna tortuga marina y los hipopótamos, de los más admirados por los niños. Siempre esperando que se acerquen al cristal o compartan un bostezo para lucir sus enormes bocas.Muy cerquita, como si con ellas no fuese, hay unas pequeñas y exóticas ranas. ¡Qué monada!, piensas, pues ten cuidado, porque dicen que el perfume y el veneno van en frascos pequeños. Estas preciosas ranitas son una buena muestra de ello.
En el Bosque Baobab, acampa una manada de elefantes. Es fácil verlos remojarse en la cascada y hasta verlos enfrascados en una pelea, eso sí, cuando se enfadan de verdad, sus barridos asustan hasta al más valiente.
El aviario nos da paso a la ansiada Sabana. ¿Qué sería de África sin su rey? El rey de la sabana también ha venido a Bioparc. Los niños se asoman ansiosos por ver de cerca y fotografiar a su adorada majestad.
Pero Bioparc, tiene todavía mucho más, restaurantes, parque infantil y hasta un anfiteatro donde realizan las exhibiciones de aves y algún que otro animalillo corriendo. Ponte cerca de las ramas que están rodeadas de piedras entre los asientos. Si tienes suerte un grandioso quebrantahuesos puede acercarse a saludarte. Eso sí, ¡no te muevas!.
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